Cuando alguien que ha fumado cigarrillos toda su vida, termina con cáncer de pulmón, es una situación horrible, sí, pero no necesariamente sorprendente ¿verdad?.
Los efectos nocivos del tabaquismo están bien investigados y argumentados desde hace décadas. Fumar cigarrillos es el principal factor de riesgo de la enfermedad, ya que representa entre el 80 y el 90 % de los cánceres de pulmón, según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC). Además de eso, el cáncer de pulmón por humo de segunda mano provoca la muerte de más de 7000 personas que nunca fumaron, cada año.
Pero, ¿qué otras causas provocan cáncer de pulmón?, ¿alguna de ellas está bajo tu control? Acá te compartimos los 5 principales factores de riesgo que van más allá de los cigarrillos.

GAS RADÓN
El radón causa alrededor de 20.000 casos de cáncer de pulmón cada año, lo que lo convierte en la principal causa de este tipo de cáncer en los no fumadores en los EEUU. Este gas radiactivo se libera cuando el uranio se descompone en el suelo, las rocas y el agua. El gas luego viaja por el suelo hacia el aire. Los niveles en el aire exterior suelen ser seguros, pero cuando el radón queda atrapado en casas o edificios, puede acumularse hasta niveles peligrosos.
Quizá te estés preguntando, pero, ¿cómo se genera cáncer de pulmón? El radón libera partículas radiactivas que pueden dañar las células que recubren los pulmones, según el Instituto Nacional del Cáncer. A su vez, la inhalación de estas partículas durante largos períodos de tiempo puede provocar mutaciones celulares asociadas con el cáncer de pulmón.
AMIANTO o ASBESTO
Trabajar en algunos entornos, como astilleros, minas, plantas textiles y molinos, puede exponer a los trabajadores al asbesto, un tipo de fibra que es resistente al calor y que a menudo se usa como aislamiento, lo que los hace más propensos a desarrollar cáncer de pulmón. Los edificios más antiguos también pueden contener asbesto; sin embargo, solo es peligroso si los materiales que lo contienen están dañados o alterados, como por ejemplo en trabajos de construcción.
Según la Sociedad Americana del Cáncer (ACS), la inhalación o la ingesta constante de fibras de asbesto puede unirlas a la mucosidad de la garganta, la tráquea o los conductos respiratorios más grandes de los pulmones. Si las fibras viajan a las vías respiratorias pequeñas o al revestimiento exterior de los pulmones y el tórax, pueden causar estragos en las células y provocar cáncer de pulmón (incluyendo adenocarcinoma y carcinoma de células escamosas).
Otras sustancias nocivas que se pueden encontrar en el lugar de trabajo y se han relacionado con un mayor riesgo de cáncer de pulmón incluyen: arsénico, cromo, níquel, berilio, alquitrán y hollín.
INFECCIÓN POR VIH
Las personas que están infectadas con el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) pueden tener más del doble de riesgo de cáncer de pulmón que las que no están infectadas, según el Instituto Nacional del Cáncer. Sin embargo, no está claro si esto se debe a las tasas más altas de tabaquismo en las personas que viven con el VIH o a la infección en sí.
Algunos investigadores teorizan -basándose en estudios emergentes- que la inmunosupresión, o el debilitamiento del sistema inmunitario debido a una infección, y la inflamación también pueden desempeñar un papel, pero es necesario realizar más estudios para determinar si este es el caso.
CONTAMINACIÓN DEL AIRE
Vivir en lugares con niveles más altos de contaminación del aire, como ciudades o cerca de carreteras con mucho tráfico, puede aumentar el riesgo de cáncer de pulmón. Muchos tipos diferentes de partículas (sólidas o líquidas y grandes o pequeñas) son arrojadas al aire que respiramos. Esto incluye cosas como ácidos, productos químicos, metales, tierra y polvo, según la American Lung Association.
Nuestros cuerpos pueden combatir las partículas más grandes con mayor facilidad, generalmente al toser o estornudar. Pero esas partículas microscópicas en el aire son las más peligrosas, ya que pueden penetrar profundamente en los pulmones o incluso en la sangre, lo que podría provocar cáncer.
HISTORIAL FAMILIAR
Si tienes un padre o un hermano que haya tenido cáncer de pulmón, significa que puedes tener el doble de probabilidades de desarrollar la enfermedad en comparación con aquellos sin antecedentes familiares. El riesgo es aún mayor si tu pariente fue diagnosticado a una edad temprana, según el Instituto Nacional del Cáncer. Sin embargo, aún se desconoce si el mayor riesgo se debe a genes compartidos o a la exposición al humo de segunda mano, ya que el tabaquismo tiende a ser hereditario.
Es probable que sea una combinación de factores ambientales genéticos y compartidos (como la contaminación del aire interior en una casa familiar), según una revisión de la investigación de 2017 publicada en Oncology Letters, pero se han identificado muy pocos genes específicamente relacionados con el cáncer de pulmón.

Diagnóstico temprano
Evitar el tabaco y mantener los ambientes libres de humo es la principal medida de prevención de este tipo de cáncer y de otros.
El diagnóstico temprano contribuye al éxito del tratamiento. En estadios tempranos, este tipo de cáncer puede ser tratado quirúrgicamente con éxito de curación en el 20% de los casos aproximadamente.
En la mayoría de los pacientes, el diagnóstico se plantea ante datos clínicos y cuando en un estudio radiológico se detecta alguna anormalidad pulmonar.
Nathaly Bosch
Comunicadora Social y Colaboradora para Grupo Moriviví.