Actividades como escribir un diario y expresarse en papel se han considerado durante mucho tiempo, herramientas valiosas para la salud emocional y la creatividad personal.
Pero, ¿debería ser el médico oncólogo quien anime a los pacientes con cáncer a incluir esta actividad como estrategia terapéutica?, ¿es sólo una forma práctica de ocuparse para evitar el ocio?, ¿realmente hace algo útil para los pacientes? En este artículo responderemos estas preguntas y veremos la real importancia de la escritura terapéutica para un paciente oncológico.
A primera vista, puede resultar tentador considerar la escritura como una actividad sencilla que quizá no justifique demasiada atención para muchos; sin embargo, los beneficios de la escritura terapéutica se han investigado durante décadas y han arrojado resultados muy positivos.

¿Sabías que una sesión de escritura de 20 minutos puede ser suficiente para cambiar la forma en que las personas con cáncer piensan y sienten acerca de su enfermedad casi de inmediato?
Escribir sobre tu experiencia del cáncer a través de un proceso guiado puede ayudarte más de lo que crees. Diversos estudios han comprobado que escribir sobre el cáncer de forma intencionada resulta curativo y puede reducir los síntomas emocionales y físicos.
Es una idea sencilla y hace que la gente se sienta mejor. Hace que las personas se sientan más competentes cuando experimentan algo que está fuera de su control. Así que sin duda, escribir te ayudará a sentirte menos enfadado o incluso te dará una salida para expresar tu ira.
Escritura terapéutica: Sanando con palabras
Según un estudio reciente realizado en la Universidad de California en Davis, las personas que llevaban diarios de gratitud se ejercitaban con más regularidad, eran más optimistas, se sentían mejor consigo mismas, estaban menos preocupadas por los síntomas físicos y tenían más energía que las que escribían sobre eventos neutrales o negativos.
Cualquiera puede experimentar el poder de la escritura. Todo lo que necesitas hacer es encontrar un lápiz y papel, o una computadora portátil, y el permiso para expresarte, pueden hacerlo a través de distintos medios:
- Diario: es la forma más privada de escritura. No tiene que compartirse con nadie. Úsalo para hacer una crónica de tus actividades diarias o tus pensamientos más íntimos.
- Cartas y email: entre las formas más antiguas de escritura, las letras han sido fundamentales para los humanos durante mucho tiempo. Escribir cartas te permite compartir tus pensamientos y sentimientos con una sola persona de tu elección. Los mails son la versión electrónica de la escritura de cartas y una de sus ventajas es que pueden compartirse con una sola persona o distribuirse masivamente a miles más.
- Blog: con más de 100 millones de blogs llenos en el ciberespacio, los blogs se han convertido en una forma popular de compartir historias y perspectivas personales. Están destinados a ser compartidos públicamente, expandiendo su alcance más allá de tu círculo de amigos y familiares.
- Redes sociales: muchas plataformas de redes sociales están disponibles para compartir tu historia, incluidos Facebook, Instagram, Tik Tok, Spotify, Twitter y YouTube. Juntos, se han convertido en una de las formas más comunes de difundir información sobre cualquier tema.

Un espacio seguro para escribir
Recuerda que lo que compartes y lo que te guardas para ti depende de ti. Algunos guardan sus escritos para releerlos o transmitirlos. Otros los tiran. La decisión de conservar o descartar sus diarios también es tuya.
Cuadernos de espiral económicos, libros de composición, blocs de notas y cuadernos de bocetos te permiten la libertad de ser tú mismo y de expresar tus pensamientos y sentimientos con honestidad. Te liberan de la preocupación por tener que llegar a conocimientos profundos y de los miedos sobre tu caligrafía, ortografía y gramática.
En situaciones tan fuertes como puede ser el cáncer, la escritura terapéutica puede ayudar a desalojar cosas que se van guardando y aliviar la carga. Pero al margen de ese carácter sanador de uno mismo, está la sanación del otro, porque si estas experiencias compartidas las lee alguien que empieza a vivir el cáncer, le ayudarán también a entender mejor lo que le está pasando.
Tips para empezar a escribir sobre el proceso oncológico:
- ¿Qué tipo de cáncer tienes o tuviste?
- ¿Cuál ha sido tu experiencia con el cáncer?
- ¿Qué tipo de tratamiento has recibido?
- ¿Has tenido apoyo de amigos o familiares?
- ¿Cómo te sentiste -o sientes- durante el proceso?
- ¿Participaste en la fase de decisiones de tu tratamiento?
- ¿Qué te motiva e inspira cada día?
Estas preguntas pueden servirte como disparadores para empezar a escribir. Así que es momento de tomar papel y lápiz y empezar a llenar ese espacio de liberación emocional, que sirve para organizar los pensamientos, explorar y racionalizar los miedos, estimular la creatividad, hacer más conscientes las necesidades y hasta reconciliarnos con conflictos emocionales. ¡Empieza hoy!
Nathaly Bosch
Comunicadora Social y Colaboradora para Grupo Moriviví.