Dialogar con niños sobre el cáncer: tips, consejos y recomendaciones

El cáncer es un tema complejo de tratar con cualquier persona, pero puede resultar especialmente difícil hablar de él con los niños y niñas. Los padres y otros adultos pueden tener dificultades para encontrar las palabras adecuadas para explicar a sus hijos un diagnóstico de cáncer y, al mismo tiempo, intentar evitarles preocupaciones o miedos innecesarios. 

 

Por eso creamos este blog, con una recopilación de consejos y recomendaciones de algunos especialistas para hablar con los niños sobre el cáncer:

 

 

 

Ten en cuenta que es normal que los niños tengan muchas emociones. Está bien reír, llorar o incluso estar en silencio.

 

1. Pregúntales si tienen alguna pregunta

Es importante darles a los niños la oportunidad de hablar sobre sus sentimientos y hacer preguntas. Esto se aplica en la escuela, en el hogar y en el hospital. Cuando hables con ellos sobre el cáncer, permíteles dirigir la conversación. Es posible que hagan algunas preguntas difíciles, pero es importante darles la posibilidad de que se expresen y poder solventar cualquier duda que pueda surgirles. 

 

2. Nunca obligues a un niño a discutir cosas de las que no se siente cómodo hablando

Puede ser tentador tratar de brindar respuestas o consejos a los niños que enfrentan su propio diagnóstico o el de un miembro de la familia. Naturalmente, a algunos les puede resultar incómodo hablar sobre el cáncer. Si no quieren hablar de algo, es importante respetarlo. Solo hazles saber que estás allí si alguna vez quieren hablar.

 

3. Reconoce sus sentimientos

Es común que los niños que enfrentan cáncer estén tristes o enojados. Está bien. No trates de cambiar sus sentimientos; en lugar de eso, demuestra que comprendes cómo se sienten y apóyalos. A veces, los niños pueden no querer hablar y prefieren su propio espacio por un tiempo. Eso está bien también.

 

4. Lean juntos un libro 

Existen muchos libros que ayudan a contar la historia y hacerlo con mucha sutileza y sensibilidad. “El bulto de mamá”, por ejemplo, fue escrito por Gillian Forrest, psiquiatra infantil consultora e investigadora principal de la Universidad de Oxford, a quien se le diagnosticó cáncer de mama en 1990 cuando sus hijos tenían cinco y siete años. Es un libro para familias que quieren hablar con sus hijos sobre el cáncer de mama. Fue el primer libro del Reino Unido que ayuda a los niños pequeños con madres a las que se les ha diagnosticado cáncer de mama. Tiene el aspecto y la sensación de un libro de cuentos clásico para niños, y sigue a Elly y Jack a medida que se enteran del diagnóstico y tratamiento de su madre para el cáncer de mama.  

 

5. Busca apoyo adicional

Permítete a ti y a tu hijo obtener el apoyo emocional y práctico que ambos necesiten, ya sea de familiares, amigos o especialistas. Los profesionales de la escuela también pueden ser útiles para orientar, además de aportar información sobre cómo se desenvuelve tu hijo en la escuela.

 

6. Mantén las mismas rutinas. 

Cuando alguien de la familia tiene cáncer, pueden producirse cambios en el estilo de vida y los horarios cotidianos. Procura mantener la rutina, los horarios y las tareas del día a día. Eso logrará que no afecte tanto a los niños. 

 

 

 

Conocer su tratamiento y sus efectos secundarios puede preparar a su hijo para saber qué esperar. También puede ayudarlos a sentirse menos ansiosos.

 

 

7. Asegúrales que no es culpa suya

Los niños pueden sentirse culpables o responsables del diagnóstico de cáncer de sus padres o familiares. Asegúrales que el cáncer no se debe a nada que hayan hecho o dejado de hacer y que ellos no tienen la culpa.  

 

8. Utiliza ayuda y recursos visuales

Los pequeños suelen responder bien a las ayudas visuales, como imágenes, diagramas o vídeos. Pueden ser herramientas útiles para explicar el diagnóstico y el proceso de tratamiento.

 

Pasa tiempo de calidad con los niños

 

Es importante pasar tiempo de calidad con tus hijos. Pero sabemos que el tratamiento, las estancias en el hospital o los efectos secundarios, pueden hacer que esto sea más difícil. Existen formas sencillas de compartir experiencias positivas con tus hijos, incluso si estás ocupado o recuperándote de un tratamiento.

 

Si necesitas permanecer en el hospital, busca maneras de mantenerte en contacto. Fija un horario regular para llamar a casa, dales una foto para que la guarden o envía una tarjeta, carta o correo electrónico, o simplemente, disfruten de una historia por teléfono.

 

Recuerda que cada niño es diferente. Los niños tienen formas individuales de reaccionar, expresarse y afrontar la situación.

 

 

Prepara a tus hijos para las cosas que verán durante su visita al hospital, como tubos o dispositivos médicos. Si los adolescentes quieren acompañarte en las citas, puede ser útil dejarlos. Comprender cómo funciona el proceso de tratamiento puede ser tranquilizador.

Las actividades familiares en el hogar no tienen por qué ser costosas. Solo pasar tiempo con tus hijos será apreciado. Ver la televisión y jugar a las cartas o juegos de mesa pueden ser buenas opciones si no tienes mucha energía. Pídeles a tus hijos que te muestren lo que han estado haciendo en la escuela o salgan a dar un paseo. Hacer dibujos o escribir historias sobre la vida familiar puede ayudar a los niños más pequeños a expresar sus sentimientos. Lo importante es mantenerse más unidos y fuertes que nunca.

 

 


 

 

Nathaly Bosch

Comunicadora Social y Colaboradora para Grupo Moriviví.

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