El cáncer no afecta solamente a la persona enferma, sino también a la persona que cuida de ella, así como a los seres queridos más cercanos.
La persona que cuida del paciente en casa es referida como “persona cuidadora” o “cuidador”, y sin duda, es una pieza clave en la atención del paciente. Esto de seguro lo has escuchado infinitas veces ¿verdad? pero, ¿realmente estás consciente de estas palabras y de la importancia de tu rol?
En muchos casos, una persona será la elegida para que principalmente cuide de un paciente. A menudo es la pareja o un hijo adulto. Algunas veces podrá ser un amigo cercano, quien ayudará especialmente cuando ningún miembro de la familia esté disponible.
Lo cierto es que ser la persona encargada del cuidado del paciente ayuda a lidiar con la tristeza y el impacto emocional de saber que su ser querido tiene cáncer. Le permite mostrar su amor y respeto, y por supuesto, le hace sentir bien el ser útil y requerido.
Todo lo anterior es importante cuando nos referimos al cuidado de los demás, pero ¿qué pasa con el autocuidado cuando eres acompañante?
Una de las primeras medidas de autocuidado para un acompañante es la de saber dejarse ayudar y tener espacios para hablar de lo que se siente y las cargas emocionales que puede significar acompañar un ser querido con cáncer.



6 Consejos que quizás necesites leer
Por todo lo mencionado, hoy queremos compartirte esta guía con algunos consejos prácticos que te ayudarán a atender tus propias necesidades y sentimientos, para poder acompañar a otros:
1. Planea hacer algunas cosas que disfrutes. Recuerda que hay tres tipos de actividades que necesitas hacer:
– Aquellas que involucren a otras personas, como ir a almorzar con un amigo.
– Aquellas que te dan la sensación de logro, como hacer ejercicio o completar un proyecto.
– Aquellas que te hacen sentir bien o relajado(a), como ver una comedia o dar un paseo.
2. Haz un esfuerzo para mantenerte al día sobre lo que ocurre en la “vida real”, es decir, el mundo no relacionado al cáncer. Ve las noticias. Dedica tiempo para leer el periódico en la mañana. Durante el día, por ejemplo en la comida, tómate el tiempo para no hablar sobre la enfermedad.
3. Considera unirte a un grupo de apoyo para cuidadores o visitar a un consejero / terapeuta si necesitas ayuda para lidiar con distintos asuntos, como problemas financieros, estrés y depresión. No trates de hacerlo todo solo(a). Busca ayuda de otras personas. Involúcralos en tu vida y en las cosas que se tienen que hacer.
Puedes acudir a nosotros. En MORIVIVÍ somos un grupo de apoyo para pacientes y familiares, donde nos dedicamos a formar «navegadores de pacientes», y ofrecemos acompañamiento durante todo el camino.
4. Establece límites (puede ayudarlos a ti y a la persona que estás cuidando). La persona que cuidas puede ejercer cierta independencia mientras te tomas un respiro. Es importante que reconozcas que necesitas un “break” o descanso para no sentirte agotado.
5. Es vital tener un escape para tus propios pensamientos y sentimientos. Piensa en algo que pueda animarte. ¿Ayudaría a aliviar tu carga si hablas con otros? ¿O preferirías tener un tiempo tranquilo solo para ti? Tal vez necesites ambas cosas, dependiendo de lo que está sucediendo en tu vida. Puede ayudar muchísimo si tú y los demás saben lo que necesitas.
6. Sé un recopilador de información. Investigar y tener info parece aliviar parte de la ansiedad que enfrentan las personas con cáncer y, en ocasiones, incluso puede marcar una diferencia en los resultados.



Cuídate tú para después cuidarlo/a bien
No importa cuánto nos esforcemos por ponernos en los zapatos de una persona con cáncer, es útil escuchar los pensamientos, deseos y anhelos compartidos por personas que realmente han recorrido ese camino difícil.
Y recuerda que comer sano, tratar de dormir lo suficiente y mantener un equilibrio en tu propia vida, te ayudará a brindar el apoyo ideal que tu ser querido necesita.
Ten en cuenta que actualmente un alto número de casos de cáncer se superan con detección temprana y tratamiento adecuado, pero aun así, sabemos que la búsqueda de la sanación requiere tiempo, esfuerzo, templanza y empatía de los afectos.
Nunca olvides que quien lo padece vive un momento determinante en su vida, y necesita escucha, ayuda y contención. Tu presencia en momentos simples va a ser fundamental, sin dejar de lado que ese rol no debe ser central, sino secundario: un lugar desde el cual puedes colaborar haciendo todo un poco más llevadero.
Y sabemos que lo haces. Así que ¡gracias por dar lo mejor de ti cada día!
Nathaly Bosch
Comunicadora Social y Colaboradora para Grupo Moriviví.